👁️🗨️Desde
mi ventana contemplo con amargura el rumbo de nuestro país. La corrupción, el
entreguismo y la traición han echado raíces en nuestra clase política, y cada
día es más difícil encontrar una verdadera herramienta que nos permita
enfrentar este sistema putrefacto.
✅Del fujimorismo se sabe todo: el
saqueo, la manipulación, la corrupción sistemática, el uso del miedo como
estrategia de control. Sin embargo, su discurso ha calado en la conciencia de
muchos, hasta el punto en que cualquier propuesta progresista o nacionalista es
descalificada con etiquetas vacías: "terruco", "enemigo de la
inversión privada", "pobre resentido". La derecha ha logrado que
el pueblo se enfrente a sí mismo, que defienda sus propios verdugos, mientras
el saqueo continúa sin resistencia real.
La izquierda, por su parte, se ha fraccionado en luchas
internas sin sentido. La izquierda caviar y los falsos progresistas se sacan
los ojos en disputas estériles, incapaces de articular un proceso de unidad. Y
de ambos lados surgen caudillos oportunistas, aquellos que han hecho de la
política un negocio, un medio de enriquecimiento personal, alejados del
verdadero compromiso social, con la ideología del bienestar social y el bien
común.
✅La corrupción no es solo un
problema estructural del Estado; se ha convertido en una estrategia, en una
mentalidad instalada en la sociedad. Se normaliza, se imita, se justifica. La
nueva generación de peruanos crece viendo la política como una oportunidad para
el lucro personal, no como un espacio de transformación.
✅El Congreso, en vez de ser un
espacio de representación del pueblo, ha sido tomado por bandas criminales que
legislan a su favor. La presidenta, lejos de liderar con dignidad, no es más
que una marioneta de estos grupos de poder que buscan consolidar sus
privilegios a costa del sufrimiento de las grandes mayorías. Las instituciones
que deberían protegernos. Ministerio Público, Poder Judicial, Defensoría del
Pueblo, Tribunal Constitucional, han sido copadas por el poder político y
sirven a sus intereses en lugar de servir al país.
✅Frente a este panorama, ¿qué
podemos decirles a nuestros hijos? ¿Cómo explicarles que nos resignamos a la
política de los hechos consumados? Vivimos como autómatas, limitados a la
supervivencia, eligiendo y aplaudiendo al delincuente que mejor reparta las
migajas de su mesa.
La educación, lejos de formar ciudadanos críticos y
comprometidos con el país, ha sido reducida a un mecanismo de producción de
mano de obra. Hablar de revolución, de reforma, de cambio de Constitución, se
ha convertido en delito. Pero, ¿cómo amar un país que no se conoce? ¿Cómo amar
al prójimo si nadie nos ha enseñado qué significa la solidaridad?
✅No se trata de inscribir nuevos
partidos políticos para alimentar esta maquinaria podrida. Se trata de
construir una verdadera organización política, con democracia horizontal,
participativa y representativa. Una organización donde los líderes sean
elegidos por méritos, por verdaderas elecciones internas, no por la compra de
un kit electoral.
Y sin embargo, la desesperanza pesa. El pueblo volverá a
elegir otro corrupto, la justicia seguirá siendo un instrumento del poder, las
instituciones permanecerán secuestradas. La policía, en vez de protegernos,
seguirá operando en simbiosis con la delincuencia.
✅Ante esto, muchos se preguntan
si la única salida es una mano dura, un cambio que aunque doloroso, sacuda los
cimientos de este sistema podrido. Y sí, puede que el camino implique momentos
de sangre y sacrificio, porque las transformaciones profundas nunca han sido
indoloras. Pero si la historia nos ha enseñado algo, es que ninguna opresión es
eterna, que toda noche tiene su amanecer y que la resistencia organizada puede
ser más fuerte que la tiranía.
✅A las nuevas generaciones les
queda la responsabilidad de romper este ciclo. Dejar de ser espectadores, dejar
de ser cómplices pasivos de la decadencia. La política no es un mercado, ni un
espectáculo, ni una lotería. Es la herramienta más poderosa que tiene un pueblo
para cambiar su destino.
✅Si la generación actual ha
fallado, que la próxima encuentre en la historia la inspiración para no cometer
los mismos errores. Que comprenda que la justicia y la dignidad no se mendigan,
se conquistan. Y que aunque el presente sea oscuro, siempre hay una luz
esperando ser encendida.
Atte. Joel F. Torres.
25-02-25
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